Un estudio confirma que al «gordito» se le margina en el patio

Los niños con sobrepeso tienen más amigos no recíprocos y «amigos-enemigos» que sus compañeros más delgados, según concluye un estudio de la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de Carolina (USC), en Estados Unidos.

En una encuesta de 504 preadolescentes en Países Bajos, recogida por Europa Press, los investigadores encontraron que los niños con sobrepeso están excluidos de las amistades, llaman amigos a compañeros de clase cuando el sentimiento no es mutuo y desagradan a sus compañeros. Y los niños con sobrepeso desagradan más a compañeros de clase que a sus pares más delgados.

Estas agudizadas relaciones negativas tienen un impacto mental, social y físico, advierte la autora principal del nuevo estudio, Kayla de la Haye, profesora adjunta de Medicina Preventiva en la Escuela de Medicina Keck. «Nuestro hallazgo es alarmante porque si seguimos teniendo entornos sociales donde la gordura que avergüenza es la norma, estos niños seguirán siendo condenados al ostracismo –lamenta Haye–. Esas interacciones adversas aumentan el riesgo de soledad, depresión, malos hábitos alimenticios y enfermedad».

Aunque los niños con sobrepeso, en promedio, enumeran tantas personas en la categoría de amigos como los niños con peso saludable, eran 1,7 veces más probabilidades de no ser del agrado y 1,2 veces más probabilidades de no gustar a sus compañeros. Estas tendencias combinadas indican que los niños con sobrepeso están generalmente involucrados en más amistades no recíprocas y relaciones de «amigo-enemigos» mutuas, según Haye.

El estudio, publicado este miércoles en ‘Plos One’, incluyó a 714 estudiantes, 210 de los cuales fueron propuestos como amigos, pero no realizaron la encuesta. «La investigación de otros ha demostrado que las personas que crónicamente se sienten aisladas, solitarias o socialmente desconectadas experimentan mayor inflamación y reducción de la supresión viral –agrega Haye–. No estamos seguros si eso está en juego aquí, pero un cuerpo consistente de la investigación demuestra que las relaciones sociales negativas pueden meterse bajo la piel y afectar a la salud.» En todo el mundo, la obesidad infantil aumentó en un 31 por ciento en poco más de dos décadas con cerca de 42 millones de niños con sobrepeso u obesidad en 2013, según la Organización Mundial de la Salud. En Estados Unidos, el número de niños obesos se ha más que triplicado desde los años setenta. Alrededor de uno de cada cinco niños en edad escolar son obesos, alrededor del 17 por ciento de todos los niños en América, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades estadounidenses.

El estudio se basó en cuestionarios que 504 preadolescentes respondieron en Países Bajos cuando tenían entre 10 y 12 años. Los participantes de 28 clases enumeraron a sus mejores amigos y sus enemigos, con un promedio de participación de 26 estudiantes por aula. A los niños se les asignaron categorías de peso en función de su índice de masa corporal, una medida de la grasa corporal. Alrededor del 16 por ciento de los participantes tenía sobrepeso. En promedio, los niños fueron catalogados como amigos por cinco de sus compañeros de clase y como enemigos por dos. Sin embargo, los niños con sobrepeso típicamente eran considerados como amigo por apenas cuatro compañeros de clase y no les gustaban a tres. «Este ambiente social caracterizado por un menor número de amistades y más antipatías es probable que ponga a los jóvenes con sobrepeso en mayor riesgo de desajuste psicosocial -apunta el estudio–. El aislamiento social resultante también puede promover comportamientos no saludables, como la ingesta excesiva de alimentos y la disminución de la participación en actividades deportivas y físicas, lo que puede conducir a un mayor aumento de peso y, por tanto, un ciclo de pobres resultados físicos y sociales».

Desafortunadamente, parece que los niños con sobrepeso tienden a tener menos amigos y ser amigos de niños menos populares que también tienden a sufrir sobrepeso, resume Haye. «Queremos reducir el estigma de tener sobrepeso -afirma–. Tenemos campañas contra la intimidación basadas en la identidad sexual, raza y etnia. Debemos hacer más para integrar la obesidad en nuestro repertorio contra la intimidación».

El estudio utilizó datos de la Encuesta de Vidas Individuales del Seguimiento de los Adolescentes, una investigación en curso sobre el desarrollo psicológico, social y físico de adolescentes y adultos jóvenes. Los investigadores de USC están trabajando a través de varias disciplinas para mejorar la salud física y mental de los niños, aumentando la salud a través de la vida. Estos expertos han estudiado cómo los «azúcares de segunda mano» que se encuentran en la leche materna podrían afectar negativamente al futuro peso corporal de un bebé, cómo una conmoción cerebral puede interrumpir el desarrollo normal del cerebro de un niño y cómo los adolescentes de familias militares corren mayor riesgo de depresión y pensamientos suicidas. EP

Source: La Razón

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