A no confundir las cosas: Las cremas de cannabis no son lo mismo que las que tienen base de semillas de cáñamo

Desde 2015, la normativa chilena aprobó el autocultivo de cannabis y su despenalización para fines medicinales. En 2014, el Instituto de Salud Pública (ISP) introdujo Sativex, el primer fármaco de marihuana, que comenzó a ser comercializado en Chile, se puede obtener con receta médica y tiene un costo de $1 millón pesos. Luego, en mayo de 2017, llegó Tilray, un fármaco de cannabis de origen canadiense, que funciona como paliativo del dolor y se vende en farmacias por medio de prescripción médica.

Sin embargo, en torno al tema del uso de cannabis medicinal todavía existe mucha ignorancia, desconocimiento  e incluso desconfianza por parte del público.

Si bien, los consumidores se están atreviendo a utilizar aceites y cremas tópicas, en ocasiones no saben distinguir el origen de su elaboración, o si se trata de un producto de carácter medicinal,  o sólo de uso cosmético.

Un llamado a no confundir

La mayoría de las cremas que están disponibles hoy en día en el mercado, son fabricadas a base de semillas de cáñamo, y es pertinente esclarecer que no surten el mismo efecto que aquellas que se producen a partir del extracto de cannabis.

En general, las cremas o aceites producidos de semillas de cáñamo, pese a que tienen propiedades positivas para el ser humano, no tienen los mismos principios activos que aquellas con aceite de la planta de marihuana.

Es importante distinguir que el cáñamo no es igual al cannabis. El cáñamo no posee canabinoides, un compuesto orgánico presente en la marihuana, tiene poca o nula concentración de THC, que es un tipo de canabinoide y a la vez, la sustancia psicoactiva característica de la marihuana, pero es rico en ácidos grasos esenciales como el Omega 3, 6 y 9, que son útiles para la piel, el cabello, etc.

Planta de marihuana – facebook.com/fundaciondaya

El cannabis, gracias a las propiedades de sus hojas y flores, posee canabinoides y THC, principios activos muy útiles para tratar de manera terapéutica patologías como la epilepsia refractaria, depresión, artritis, artrosis, entre otras, por sus propiedades relajantes y analgésicas.

La Fundación Daya, una organización chilena reconocida por sus investigaciones sobre el cannabis medicinal, que  trabajado con cerca de 14 mil pacientes, hoy está desarrollando una crema farmacológica para tratar enfermedades como la dermatitis atópica, o la soriasis.

Ana María Gazmuri, presidenta Fundación Daya – facebook.com/fundaciondaya

“Cremas médicas a base de cannabis sativa en Chile no existen, sí hay cremas cosméticas a base de semillas de cáñamo certificadas por el servicio de salud”, dice Ana María Gazmuri, presidenta de la Fundación Daya.

“Además, hay un enorme mercado informal de estos productos que usan el nombre del cannabis para ser más atractivos, habría que revisar uno a uno para saber cuáles son sus componentes”, agrega.

Karina Vergara, bióloga e investigadora Fundación Daya – fundacióndaya.org

Cuando un paciente ingresa a la fundación, es recibido por un terapeuta, luego un médico le explica su diagnóstico, pero aparte del acompañamiento en el proceso, cada paciente tiene la oportunidad de asistir a talleres de autocultivo, fabricar su propio aceite y cremas de uso médico.

Es importante educar a la gente para que no crea que es todo lo mismo. Por eso siempre explicamos que el aceite de cáñamo es distinto al aceite de cannabis, el de cáñamo es hidratante, cosmético, nutritivo, pero no tiene que ver con extracto de cannabis que usamos para la epilepsia refractaria, en pacientes oncológicos, o para dolores crónicos”, dice Gazmuri.

Karina Vergara, bióloga de la Fundación Daya y autora del libro Cannabis Consciente, coincide en este tema.  “A la fundación llegan pacientes que intentaron probar con los productos disponibles del mercado, pero que no les quitaron el dolor y cuando conocen el aceite de marihuana, se sorprenden porque es enorme la diferencia”, dice Karina Vergara.

“Yo he hecho el ejercicio de ir a una farmacia por aceite de cannabis, pero te engañan, porque te venden productos a base de aceite de cáñamo, lo que evidencia un claro problema de desconocimiento. Si bien tienen propiedades positivas, no son efectivos en el alivio del dolor, o lo que buscan los pacientes con patologías clínicas”, asegura.

Alternativa cosmética

Un buen ejemplo de productos cosméticos a base de semillas de cáñamo, es la marca Annabis, una compañía proveniente de República Checa que hace poco tiempo se incorporó al mercado chileno y ya está disponible en farmacias naturales como Hahnemann y Naturland.

El componente principal de los productos de Annabis es el aceite de cáñamo, el cual se extrae a partir de las semillas de esta planta y otras 62 plantas medicinales más, como el romero, o la menta. Son libres de THC, no contienen parabenos, son veganos y no testean en animales.

Semillas de cáñamo – ecoosfera.com

El aceite de cáñamo es considerado un buen hidratante, es antiséptico, antiinflamatorio y rico en ácidos grasos esenciales que no produce el organismo humano.

“El cáñamo y el cannabis son una planta similar, pero nosotros no sacamos nada del cannabis, ni de la flor, utilizamos solamente las semillas, que no tienen ningún efecto psicotrópico y no generan dependencia, o efectos secundarios”, dice Viviana Gómez, brand manager de Annabis.

“En Chile no hay marcas que atenten contra las arrugas por ejemplo, o que sean para las manchas. También vamos a tener una crema Q10, champú, gel de ducha. Estas cremas vienen a competir con otro tipo de marcas”, dice Gómez.

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Source: Belelu

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