Biola Javierre: «Somos referentes en investigación, pese a las diferencias económicas»

El panorama actual de la Ciencia en España no pasa por su mejor momento. ¿Cómo lo ve desde la óptica de alguien que ha vuelto?

– Cierto que es que no es buen lugar para desarrollar una carrera de investigación, pero el carácter mediterráneo nos hace volver. Tengo dos carreras y un «pos doc» en una gran universidad – cursó Biología y Bioquímica en la UNAV, se doctoró en UAM e hizo su pos doctorado en el Laboratorio de Peter Fraser en la Universidad de Cambridge (Reino Unido) – y he vuelto a España a ganar la mitad de lo que ganaba fuera. ¿Por qué? Te tira la tierra. Y creo que por eso, a pesar de los obstáculos, los investigadores en nuestro país tienen tanto talento y nivel, pese a que en ellos al final se invierta poco más del 0,4% del PIB, mucho menos que Alemania y otros países europeos. Tenemos laboratorios muy punteros a nivel mundial y somos referentes en muchísimas áreas, pese a las deficiencias económicas que sufrimos.

– En este sentido, ¿cómo ve el apoyo de las fundaciones privadas?

– Suponen una gran ayuda en este terreno, como el Instituto de Investigación Josep Carreras. Ponen en valor el I+D y queda demostrado que se obtienen beneficios al apostar por ello. Pero no sólo a nivel empresarial, sino también cuando se hace a nivel gubernamental, todo el país sale reforzado.

-Y con este marco, ¿cómo llegó el «gusanillo» científico a sus venas?

– Me viene de mis padres, en concreto de él, profesor de Ciencias en el colegio. Pasaba horas después de clase en el laboratorio… Conforme fui creciendo, después, me incliné por la Genómica y aquí he desarrollado el grueso de mi carrera.

– Un foco de sus trabajos se centra en la leucemia linfoblástica aguda infantil. ¿Por qué?

– Supongo que la sensibilidad de ser madre dedos pequeños hizo que me llamara más la atención. Nos centramos en investigación muy básica sobre este tipo de tumores sanguíneos. Además, todo el mundo hoy día tiene casos cercanos.

– Con esto se refiere a que marcan el camino que otros deben seguir…

En este caso, nuestro trabajo es desarrollar una nueva técnica que permite por primera vez saber cuáles son las secuencias reguladoras del genoma que regulan la actividad de cada gen y cada tipo celular. Se trata de descifrar en dos metros de información dónde está la alteración y así se podrán diseñar terapias y abordajes ya en la clínica.

– Con su juventud ya ha publicado en la prestigiosa revista «Cell». Y recientemente la han distinguido con las becas L’Óreal Unesco For Women in Science a nivel internacional. ¿Qué suponen estos reconocimientos?

A parte de la dotación económica, que es importante para poder seguir investigando, te dota de una visibilidad importante, no sólo en la comunidad científica sino también a la sociedad. Además, viene con un programa de formación importante que pone en valor las fortalezas y debilidades de las mujeres y los hombres a la hora de presentar y defender un proyecto científico.

-¿Se trata de saber dónde están las diferencias y cómo aprovecharlas?

Lo cierto es que somos diferentes. Las mujeres somos más simples a la hora de presentar un proyecto, no nos fijamos en los detalles, y eso no le resta calidad. Por el contrario, los hombres lo hacen con más complejidad. Una postura no es mejor que la otra, pero resulta útil saberlo cuando te han de valorar tu trabajo al aplicar o defender una tesis o un puesto de trabajo según el interlocutor. Es una forma de conocer las claves para aprovechar cada ocasión.

Source: La Razón

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