Los desafíos sexuales en una pareja estable

Tener una relación de pareja estable saludable y feliz, no es fácil y la sexualidad también forma parte de este desafío, ya que no es sorpresa para nadie que la rutina, la monotonía y la falta de novedad en el encuentro e incluso en las sensaciones de estar con el otro, lentamente van avanzando y disminuyendo el deseo sexual. Y si a eso le sumamos los problemas cotidianos y la llegada de los hijos, la verdad es que el resultado puede ser bastante desalentador.

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Sin embargo, esta perspectiva desesperanzadora cambia cuando las parejas comprenden que el deseo sexual del inicio se va transformando con el tiempo y cuando la relación de pareja se va estabilizando. Pero esto no tiene por qué traducirse en una relación sin sexo o con mal sexo, sino que en una relación en la que el sexo se debe trabajar en equipo para mantenerlo saludable, satisfactorio y por cierto, entretenido.

Así que acá Magdalena Rivera, médico cirujano y sexóloga de Medical Sex Center, entrega una visión y solución para algunos de los desafíos más frecuentes que las parejas estables deben enfrentar en el ámbito sexual.

«Estamos demasiados cansados como para tener sexo»

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Este quizás es una de las cosas más comunes que se da entre parejas estables que además conviven: el cansancio. Ahora, también hay que reconocer que cuando se está el inicio de la relación nunca nadie está cansado y nadie le interesa el pronóstico de tiempo para tener sexo, siempre hay ganas.

Respecto a esto, la especialista indica que “lo que pasa es que al principio de la relación hay un alto nivel de enamoramiento, entonces aunque haya un alto nivel de actividades o la pareja esté cansada, es tanto lo que pasa a nivel bioquímico, y es tanta la novedad, que igual el estímulo sexual logra pasar por sobre todo eso. Pero una vez que la pareja ya está estable, empieza a subir el cansancio y la rutina de la vida diaria”.

“La solución muchas veces no es tan sencilla porque implica cambiar el estilo de vida, a buscar más tiempo disponible, y cuando hablo de tiempo libre, me refiero a tiempo para compartir en pareja, para conversar, salir juntos, para estar sin presiones, y es muy probable que en esos tiempos libres, surja de nuevo el deseo y el erotismo”, agrega.

“Con tantas cosas que hay que hacer en el día, las horas de transporte, los hijos, hay gente que trabajar y estudia, entonces no hay tiempo para la actividad sexual y no hay que esperar hasta última hora, a las 10 de la noche cuando los dos están cansados, o sea esto puede darse, pero cuando se está en pleno enamoramiento”, puntualiza Rivera.

Ahora, otra forma de sacudirse de todo esto es “programar” entre los dos el o los encuentros sexuales. “Si bien está bien la espontaneidad, pasa que muchas veces si no se programa un espacio para el encuentro sexual, puede que ese espacio no exista. Programarlo es una buena idea”, comenta la especialista.

«El sexo ha dejado de interesar y no es prioridad»

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De pronto tener sexo no es lo que mueve la relación, en realidad, hay miles de otras cosas que comienzan a tomar más importancia, como por ejemplo, trabajar, pagar las cuentas, pagar las deudas, cumplir con compromisos sociales, solucionar problemas, etc.

“Lo que pasa es que el sexo ya no es la misma novedad que al inicio. Hay parejas que se ponen monótonas. Y si les interesa reactivar la vida sexual, una buena opción es comenzar a pensar en aquellas cosas que les interesaba al inicio de la relación y ver la forma de innovar y buscar tiempo”, comenta Rivera.

Ahora, es importante recalcar que hay separar algo. Una cosa es que quizás la frecuencia sexual baje, pero otra muy distinta es que los besos, las caricias, los abrazos y todo contacto físico y cariñoso también desparezcan, ya que es imposible pensar que se dará algún espacio para la intimidad cuando no hay ningún tipo de contacto íntimo.

Se tiene sexo, pero no se siente conexión

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Puede ser que una pareja haya optado por programar sus encuentros sexuales o que incluso tengan una alta frecuencia sexual. Sin embargo, en el momento del encuentro ambos o uno de los dos sienta que hay conexión con la otra persona, que el sexo se ha vuelto en algo más bien mecánico.

“En este caso habría que ver lo que está pasando en la relación de pareja y no solo en el ámbito sexual, cuando hay conflictos no resueltos u otros problemas, sexualmente cuesta que haya más conexión” , comenta Magdalena Rivera.

“Mirar a los ojos, darse tiempo, tratar de relajarse y propiciar los espacios de intimidad y no sólo sexual. A veces las parejas sólo hablan de lo cotidiano, y no saben bien en qué está el otro, todo esto sirve para que haya más conexión en el sexo”, aconseja.

Mi pareja nunca quiere hacerme sexo oral (ni nada que a mí me gusta mucho)

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A veces pasa que hay ciertas prácticas sexuales que a un miembro de la pareja le gusta realizar y que a la otra, no, la negación de una de las partes a realizarla, muchas veces genera roce y conflicto en la pareja. “Es importante entender que si la otra persona odia una práctica sexual, no es conveniente realizarla porque nadie está obligado hacer algo con la pareja, lo que sí hay que buscar son las prácticas que ambos tengan en común y que a los dos les guste. Si alguien se esfuerza en hacer cosas que no le agradan, es fácil que esto termine bajando el deseo porque está haciendo actividades que no son de su gusto”, comenta la especialista.

¿Y no se puede negociar? “Uno puede hacer cosas por la pareja, siempre y cuando, no se sienta desagradable, o no sientas que te estás pasando a llevar. Puede que no sean atractivas, pero no te hacen sentir ni desagrado ni molestia, y eso uno lo puede hacer por la pareja, pero hacer algo que uno odia, eso es poco negociable”.

Quiero innovar en el sexo, pero mi pareja no quiere

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Muchas veces, uno de los miembros de la pareja es más innovador o tiene más ganas de cambiar cosas en el plano sexual, pero no encuentra ningún feedback de parte del otro: “Ahí es bueno negociar, en el sentido de innovar. Es bueno conversar con la pareja y preguntar en qué le gustaría innovar, a veces se cree que innovar es sinónimo de hacer cosas exóticas y eso no puede ser cómodo para alguien, pero pueden ser cosas simples, como hacerse masajes, usar el living, poner velas, hacer cosas diferentes, siempre hay algo que se puede hacer”.

De hecho, el mercado ofrece un sinfín de posibilidades para poder innovar en la sexualidad en cuanto a sensaciones. En la tienda online Lencería puedes encontrar muchas ideas para esto, como por ejemplo, lencería, disfraces eróticos, juguetes sexuales para usar de a dos, kit eróticos para parejas, cosmética sensual. Se trata de productos que pueden mejorar la sexualidad, potenciar los sentidos, intensificar los orgasmos y reavivar la pasión.

«Tuvimos un hijo»

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La llegada de un hijo es algo que puede afectar la vida sexual de una pareja y no siempre de una forma muy positiva. De pronto, la pareja se transforma en padres, las preocupaciones son otras, al igual que las prioridades. Y muchas veces las personas dejan de ser pareja para tan sólo dedicarse a ser padres.

“Es importante darse los espacios de pareja, como por ejemplo, salir juntos quizás no para tener sexo altiro, pero sí para recobrar los espacios de intimidad y de pareja, puede ser incluso salir a caminar a la plaza. Y también hay que entender que el primer tiempo, en especial, para la mujer, por el cansancio, es normal que cueste recobrar la actividad sexual, por la demanda que implica”, aclara Rivera.

La otra persona ya no es novedad y uno tampoco lo es

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“Se pueden buscar prácticas diferentes, lugares distintos, ver qué se hacía antes, hacer cosas que eran agradables en el noviazgo, bailar, salir, etc. Las parejas tienden irse en la monotonía no sólo en lo sexual sino en todo nivel de la pareja”.

«Siento que ya la no le gusto y nada es como antes»

Sexo mañanero (CC) Send me adrift. / Flickr

“El que se siente que no es como antes, es normal porque las cosas van cambiando, pero el tema de sentir que uno no le gusta el otro, es para conversarlo con el otro. Porque puede ser que se dé por sentado que te quieren, pero se deja de decir, es bueno tratar de mantener la conquista, no dar por sentado nunca nada, uno tiene que decirle al otro siempre que es atractivo. Ahora, también pasa a veces que efectivamente el otro te deja de gustar, por eso es importante sentarse a conversar con la pareja sobre lo que está pasando”, dice Magdalena Rivera.


Source: Belelu

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