El cambio climático sería el principal motivo detrás de la decisión de no tener hijos

Según un extenso reportaje publicado por el New York Times, hombres y mujeres que se niegan a ser padres colocan las previsiones de futuro que existen debido al cambio climático como el principal motivo de su decisión. Unos por compromiso y otros, por temor. Alegando que no es sensato traer más niños al mundo. Unos por compromiso y otros, por temor.

El cambio climático sería el principal motivo detrás de la decisión de no tener hijos

“Cuando comenzamos este proyecto no conocía a nadie que hubiera tenido alguna conversación al respecto”, reconoce a The New York Times Meghan Kallman, cofundadora de Conceivable Future. Se trata de una organización que estudia y recoge testimonios sobre cómo el cambio climático está afectando a la reproducción. No en el sentido físico, es decir, que impida la reproducción, sino cómo se ha convertido en un motivo para no tener hijos.

El reportaje firmado por Maggie Astor cuenta con testimonios de distintas personas entre los 18 y los 43 años que explican cómo el cambio climático afecta en su decisión de ser o no padres. Así, por ejemplo, los hay que consideran que traer a un bebé al mundo es una irresponsabilidad porque ya hay demasiados seres humanos y los recursos naturales no son suficientes.

En frente, o al lado, según se mire, quienes deciden no tener hijos por el temor a un futuro de penurias que les esperaría de confirmarse los peores pronósticos. Es el caso de Allison Guy, de 32 años, quien afirma que “no quiero dar a luz a un niño preguntándose si va a vivir en una especie de distopía de Mad Max“.

Otros son capaces de desafiar a su religión y en lugar de reproducirse, adoptar. Como Cate Mumford, de 28 años y mormona. Algunos optan por tener solo un hijo para no contribuir aún más a la superpoblación del planeta. Aunque también hay quien reconoce, en los testimonios recogidos por el diario neoyorquino, que habiendo tenido uno deciden tener otro para que el primero no viva solo en un mundo hostil.

Maram Kaff, de El Cairo, es de la opinión que aún sabiendo que “los humanos están programados para la procreación, mi instinto ahora es proteger a mis hijos de los horrores del futuro al no traerlos al mundo “.

Cada uno tiene sus propias razones para tener o no hijos en base al cambio climático, pero en lo que parece que muchos se muestran de acuerdo en la necesidad de educar a las generaciones venideras en el respeto y cuidado del medioambiente. Meghan Kallman y Josephine Ferorelli, fundadoras de Conceivable Future, coinciden en señalar el dolor que predomina en las reuniones que organizan para discutir estos temas.

Parece que, pese a que de momento es una discusión en ciernes, pronto el climático podría ser un nuevo factor externo a tener en cuenta en los estudios sobre la caída de la natalidad en algunos países. Un más a sumar al hecho de la difícil conciliación entre vida laboral y familiar, la inestabilidad laboral, los sueldos y tantos otros que influyen a la hora de decidirse a traer un niño al mundo.
Fuente: Contexto

RA

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Source: Informe21

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