La colaboración público-privada, al rescate del talento científico español

La colaboración público-privada también se presenta como una de las herramientas clave para desarrollar medidas efectivas que permitan impulsar el talento científico y la investigación en cada territorio. «En España contamos con buenos investigadores, capaces de generar riqueza a largo plazo, el talento investigador aquí es excepcional. Es necesario que aparezcan iniciativas que tengan como objetivo retener este talento»,apuntó Stefanos Tsamousis, director general de Roche, dentro de la jornada «#StopFugadeCerebros: Apostando por el talento científico», organizada por el laboratorio.

Desde la administración, Ángeles María Heras Caballero, secretaria de estado de Universidades, Investigación, Desarrollo e Innovación del Ministerio de Ciencia valoró que los grandes avances de la Humanidad han venido de la mano de la Ciencia e invertir en ella es apostar por el futuro. «Por eso, en las nuevas convocatorias vamos a incluir que la investigación tenga su transferencia de valor hacia la industria y no se queden en los laboratorios», argumentó Heras Caballero.

Esto viene a dar respuesta a una de las demandas que se dieron durante el debate que moderó el divulgador y científico Pere Estupinyá, que reunió a Justo Castaño, Director Científico del IMIBIC; Dr. Manel Esteller, director del programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge; Lluís Montoliu, investigador científico del CSIC; y las becadas por «Stop Fuga de Cerebros», Aitana Braza, investigadora del Hospital de La Fe de Valencia, y Laura Mordillo, investigadora en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. Entre otros temas, destacó el hecho de que España tiene que convertirse «en un atractivo para los científicos extranjeros», como apuntó Braza; que «exista un tejido industrial, favorable a la investigación para que mejore la la vida profesional y personal del científico», destacó Montoliu; y, que «se elimine la brecha entre el laboratorio y la necesidad clínica», apuntó Castaño.

Source: La Razón

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