El plan de ahorro sanitario dejará dos víctimas

Como el dinero no le da más que para destinar un 6% del PIB a la Sanidad, al Gobierno no le queda otra que inventarse medidas de ahorro con las que estirar un poco el chicle y evitar que se le echen encima hasta los barones de su propio partido a lo largo de la legislatura que ahora se abre.

A sabiendas de que incumple sus propias promesas electorales –el PSOE aseguró que destinaría al menos un 7% a este área social tan sensible–, el Ministerio de Sanidad trata de escarbar los euros suficientes para sostener el Sistema Nacional de Salud sin que se le derrumbe víctima de la asfixia financiera y la andanada de nuevos gastos que sobrevuelan. La parcela elegida para este menester es, cómo no, la farmacia, y las herramientas para conseguirlo son básicamente dos: un nuevo plan de medicamentos dirigido a potenciar genéricos y biosimilares, y el informe que ha aireado la Autoridad Fiscal sobre el gasto en medicamentos.

Lo que se avecina de dichas herramientas es fácil de predecir: por un lado, los médicos perderán más poder en sus prescripciones y tendrán que recetar por principio activo de forma más o menos generalizada. Por otro, las farmacias, depauperadas por la crisis y por la baja rentabilidad de los productos que dispensan –los caros se distribuyen en hospitales–, podrían perder encima los descuentos que les aplica la industria y serían víctimas, además, de las polémicas subastas si se generalizan.

Source: La Razón

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