Paolo Guerrero tiene en la mira romper un récord histórico

Samuel Aldrey || @SamuelAldrey 

Era junio del 2007, en Estados Unidos el consejero delegado de Apple, Steve Jobs, anuncia el artefacto que cambiaría nuestras vidas y la forma en que nos comunicamos: el Iphone.

Mientras, en Sudamérica, por primera vez en la historia Venezuela era anfitriona de una Copa América. Era la cuadragésima segunda edición del torneo continental más antiguo del mundo. Se jugó el 26 de junio el Uruguay-Perú en el Estadio Metropolitano de Mérida a las 6:05 PM.

Ese día venido desde quién sabe qué región del césped, apareció el depredador, pegó su zarpazo y se desvaneció. Uruguay, enjaulado en su área, no tuvo ni tiempo de pestañear. En una jugada fugaz en el minuto 88, Paolo Guerrero durmió la pelota con el pecho y la envió con un pase a media altura a su compañero en la banda; este se la devolvió con un centro rasante al centro del área para que Paolo hiciera su primer gol en Copa América y cerrara el partido 0-3.  Todavía nadie sabía que con este gol abría el camino de poder convertirse en el máximo goleador de la competición.

Paolo nació rodeado de fútbol, en el distrito de Chorrillos en Lima. Su familia cuenta con grandes futbolistas: su tío José González Ganoza fue arquero de la selección peruana, pero falleció en el accidente aéreo del avión Fokker el 8 de diciembre de 1987. El defensa Héctor Chumpitaz fue primo de su mamá y es uno de los defensas más goleadores del continente con 65 goles y 456 partidos. Todo es fútbol en la vida de Paolo y sus juegos de infancia le ensañaron el secreto del zarpazo.

La oportunidad. Para Guerrero esta será su quinta Copa América, pero desde niño ya ensayaba los goles con los que asombraría a Perú y al mundo. En la del 2011 dejó su mejor actuación con cinco goles y alcanzó el cuarto lugar con su selección. Cuatro años después llegó a semifinales y marcó cuatro tantos.

Esos números lo dejan con un promedio de tres goles por partido, cifra suficiente para que el ariete de Perú iguale y supere a su compatriota “Lolo” Fernández y quede como tercer goleador de la Copa América.

Y si la vara de Menéndez y Zizinho le queda demasiada alta en Brasil, podría tener otra oportunidad en un solo año con la próxima Copa América en 2020.

Source: Meridiano

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