Sanitasa: los médicos piden un tributo para financiar el sistema en vacaciones

El verano supone una prueba de estrés para el Sistema Nacional de Salud, o mejor dicho, un test de “sobreesfuerzo” para cada una de las 17 consejerías de Sanidad españolas. El turismo constituye una de la locomotoras del PIB de nuestro país, pero, a veces, no sólo sirve para llenar las arcas, sino que puede acarrear más de un dolor de cabeza. Así de simple, porque de los casi 30 millones de turistas que visitarán ciudades y pueblos repartidos por todo el país, un porcentaje se pondrá malo dentro de nuestras fronteras. Su tratamiento supondrá un coste “extra” en la Sanidad española.

No es un problema reciente, pero sí que empieza a ser acusado por diferentes motivos en los últimos años y, por lo que explican los expertos consultados por A TU SALUD, “todo suma para hacer mella en un sistema de salud que se tambalea y que funciona con parches aquí y allá”. La masificación de determinadas zonas, sobre todo, el litoral costero del Mediterráneo, lleva a determinadas poblaciones a duplicar el número de habitantes en los meses estivales. “Hay centros de salud en los que hay saturaciones porque el número de habitantes en el municipio pasa de 10.000 a 100.000. En el caso de los más costeros, hay, incluso, momentos en los que se multiplica por diez”, insiste Andrés Canovas Martínez, secretario general del Sindicato Médico de la Comunidad Valenciana (CESM CV). En Baleares también supone un problema agudo, ya que todos los veranos suma más de un millón de habitantes a su población. “Y encima las urgencias se saturan con borrachos que van a ‘dormir la mona’; son un 40% de la actividad asistencial”, denuncia el doctor Miguel Lázaro, presidente del Sindicato Médico de las Islas Baleares (Simebal).

A esto se añade la problemática que se origina con la llegada de los turnos de vacaciones, en los que hay menos médicos disponibles pues no resulta fácil encontrar facultativos en paro de las especialidades de atención primaria, Pediatría y Urgencias, con lo que de x puestos, siempre queda alguno sin cubrir, hasta un 20%. “Por ejemplo, si un centro de salud tiene diez médicos, sólo se consigue cubrir uno o dos como máximo, con lo que el resto han de asumir un volumen de pacientes extra», añade Canovas Martínez. En esta situación, se hallan Canarias, Baleares, Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía. “En nuestro caso, ya partimos de un déficit importante con tan sólo 330 médicos de cabecera”, subraya el presidente de Simebal.

Suma y sigue. Además, de unos años a esta parte empiezan a cometerse fraudes en la Sanidad privada. Desde ASPE (Alianza de la Sanidad Privada Española, patronal del sector), se alerta de que las malas prácticas de algunas aseguradoras británicas cuestan al sistema español unos 200 millones de euros, que pagan a partes iguales entre la pública y la privada. David Medina, coordinador del grupo de trabajo sobre este asunto en ASPE, pone de manifiesto que “estamos ante un problema grave que hace peligrar el sistema y que, si no se ataja, podría tener un efecto llamada o epidemia para que se dé en otros países”. Aquí, el problema está en el timo que determinadas entidades cometen al afirmar que lo que se contrata con ellas es un seguro de asistencia en viaje con una cobertura total, cuando en realidad no es así. Se da en los turistas británicos que acuden a un centro privado en el que, a pesar de que son atendidos con la calidad y seguridad pertinente, el acto médico no cuenta con el respaldo de lo contratado. “En ocasiones, por su situación, se les deriva a un hospital público y, claro, la situación se complica aún más. Porque, además de asumir costes, supone la sobresaturación del sistema durante la época estival”.

¿Soluciones?

Con este panorama, Sanidad, gracias al sistema de transferencia de competencias, deja en manos de las consejerías este tipo de problemas y no se manifiesta sobre los mismos. De hecho, a pesar de las críticas, desde el Ministerio aseguran que no se ha convertido en un punto a tratar en los consejos interterritoriales. Desde ASPE, sí que se han puesto a trabajar y han intentado hablar y sentarse con todos los implicados en el asunto, tanto de aquí como de la isla británica, ya que implica pérdidas de hasta 100 millones de euros para todo este sector. En opinión de Antonio Burgueño, la solución pasaría por “la transferencia de gasto entre comunidades autónomas, mediante la creación de una bolsa interministerial de abonos por todos estos conceptos de traslado de enfermos y que se lo pasen a la autonomía o país correspondiente”. Además, apunta que “los países obligasen a un seguro del viajero y se reembolse su coste en parte por el sistema sanitario en un tramite local de cada ciudadano en su administración sanitaria”.

Por un lado, ante la saturación del sistema desde el CESM de Baleares apuntan a la creación de una “ecotasa sanitaria” o “sanitasa”, una fórmula que propone el sindicato médico de las Islas Baleares (Simebal) para hacer frente a la sobrecarga de trabajo. Sin embargo, desde ASPE no creen que esta sea la solución, “porque no es más que un parche transitorio a un problema recurrente un verano tras otro”. Algunas consejerías de salud sí que han intentado aliviar este asunto. Desde la de la Comunidad Valenciana, se han abierto a la posibilidad de que los médicos hagan tardes para descargar el sistema. “Pero, a pesar de la buena voluntad desde la Administración, no conseguimos mucho porque lo ofrecen a un coste bajo y no es atractivo. Hay que ir a los incentivos de verdad, por ejemplo: pagar un plus por la atención a más tarjetas sanitarias de las que nos corresponden, si el techo es 1.500 y hacemos una media de 1.600 o 1.800, que se nos abone la diferencia”.

Desde ASPE tienen claro su hoja de ruta para cortar de raíz el problema del timo de las aseguradoras, que acumula tres años de estafas. Se han sentado y comunicado con las partes implicadas, con la autoridad británica competente (FCA, Financial Conduct Authority), National Health Service birtánico (NHS) y también con sus homólogos españoles el Ministerio de Exteriores, Sanidad o el de Economía –en concreto, la Dirección General de Seguros–, que, por el momento, se han inhibido o directamente no han emitido respuesta alguna. Por la parte inglesa, está en investigación y pendiente de determinados trámites burocráticos. “Lo fundamental es ir al origen del asunto, hablar con los representantes del Reino Unido correspondientes para evitar que, cuando se adquieran estos seguros de viaje, se hagan por internet del mismo modo que uno se compra una batidora en Amazon. Aquí se pone en riesgo la vida de las personas, se juega con su salud y nadie se hace realmente responsable, sólo los médicos, que a pesar de todo, ponen su esfuerzo, profesionalidad y dedicación en su trabajo”, concluye Medina.

Source: La Razón

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