Una cabezadita sirve para proteger al corazón

Echarse un cabezadita de vez en cuando, de apenas unos 20 minutos, es bueno para nuestra salud cardiovascular. Ese quedarse traspuesto después de comer tiene grandes ventajas para el corazón, tal y como recoge la publicación “Heart”.

Esta conclusión es el resultado de una investigación llevada a cabo en un grupo de adultos suizos que se echaban una o dos siestas durante el día a la semana. Analizados los datos, se dieron cuenta de que tenían un menor riesgo de problemas cardíacos, incluidas enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, que los que no lo hacían.

Dado que la escasez de sueño es un factor de riesgo conocido para una serie de problemas de salud, incluidos los de corazón, la capacidad de las siestas para reemplazar el sueño nocturno perdido podría convertirlos en un hábito saludable. Estas siestas cortas, de unos 20 o menos -porque estudios anteriores sugieren que las de más tiempo provocan el efecto contrario-, podrían ser una forma valiosa de aliviar el estrés y compensar el sueño inadecuado por la noche, protegiendo así la salud del corazón, según la investigación.

La privación del descanso nocturno es un factor de riesgo conocido para afecciones que incluyen obesidad, diabetes, presión arterial alta, accidente cerebrovascular, enfermedades cardíacas y angustia mental, como manifiestan los expertos. Por lo tanto, las siestas podrían ayudar a aproximadamente a la población los españoles que no obtienen el mínimo recomendado de siete horas de descanso por noche.

¿Cómo hicieron la investigación?

Necesitaron hasta ocho años de seguimiento, en el que involucraron a casi 3.500 adultos suizos de entre 35 y 75 años participaron en el estudio. De este grupo, unas 155 personas sufrieron un problema cardíaco. Los investigadores descubrieron que las personas que tomaban una o dos siestas durante el día por semana tenían un riesgo menor de problemas cardiovasculares que las personas que no, incluso después de ajustar la somnolencia diurna excesiva (que puede ser un síntoma de problemas de salud subyacentes), la duración del sueño nocturno y la demografía. y factores de estilo de vida. La conexión entre las siestas más frecuentes y la salud del corazón no fue tan fuerte.

Los participantes proporcionaron a los investigadores información sobre sus hábitos de siesta, sueño nocturno, información demográfica y de estilo de vida, y se sometieron a una serie de pruebas médicas destinadas a evaluar su salud general. Más de la mitad de los participantes dijeron que no habían dormido la semana anterior al comienzo del estudio. De las siestas, 667 dijeron que habían tomado una o dos, 411 dijeron que habían tomado de tres a cinco y 370 dijeron que habían tomado seis o siete siestas.

Source: La Razón

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