Consumismo frente a naturaleza, Madrid acoge una retrospectiva de Mario Merz

Una crítica a la sociedad capitalista del consumo actual mediante el uso de materiales orgánicos como arcilla, ramas o cera. Eso es «El tiempo es mudo», la retrospectiva que dedica el Museo Reina Sofía de Madrid a Mario Merz (Milán, 1925-2003).

Consumismo frente a naturaleza, Madrid acoge una retrospectiva de Mario Merz

«En España no se ha visto casi nada de él, por lo que el objetivo de esta exposición es traer de vuelta a un Merz desaparecido prácticamente del panorama artístico contemporáneo, a pesar de que los temas que tratan sus obras, el enfoque en el que están dispuestas es de total actualidad», señala a EFE Manuel Borja-Villel, director del museo Reina Sofía.

En una exposición que se podrá ver en el Palacio de Velázquez del Retiro, en el centro de Madrid, la retrospectiva de Merz bascula sobre dos ejes.

Por un lado, la idea de querer conectar a un individuo asociado al consumismo y a la producción masiva, con la naturaleza. «Su interés en la naturaleza, en la ecología, por romper con las rigideces de una visión cerrada, así como la reivindicación de una vida plena y poética son cosas que están reflejadas en su trabajo», explica Borja-Villel.

La otra idea clave es que la exposición pretende contextualizar el trabajo de Merz dentro de la corriente del«povera» de los años 60, donde sus obras comienzan siendo un discurso de protesta y denuncia criticando la Guerra de Vietnam, reflejando las protestas francesas de mayo del 68, los incidentes de la Primavera de Praga o las grandes huelgas de obreros y estudiantes en Italia.

«Estaba muy atento a las cuestiones sociales y políticas, durante la guerra estuvo en contra de la dictadura del fascismo. En cuanto a su carrera artística, elegía temáticas que acercaran lo político al arte y viceversa, pero siempre con un ojo poético. Tenía una opinión radical respecto a la industria y al desarrollo tecnológico, pero siempre ponía el ojo poético para expresarlo», cuenta Beatrice Merz, hija del artista y directora de la Fundación Merz.

Obras más características

Si por algo se reconoce fácilmente a este creador clave de la segunda mitad del siglo XX, es por sus numerosas variaciones de la estructura de la cabaña arcaica y el iglú con su forma abovedada. «Son unas construcciones que evocan toda una serie de referencias y recuerdos de las cabañas primitivas de los inicios de la historia humana», apunta Borja-Villel.

Los iglúes de Merz no son como los que conoce todo mundo, no están hechos de nieve, no, sino con desperdicios y materiales encontrados como vidrio, plástico, metal o tela. «Iglú, Tienda de Gadafi» o «La gota de agua», son algunos de las obras de este tipo de arte, aunque sin duda, el iglú más característico es «iglú de Giap» en cuya cúpula se inserta una frase del militar vietnamita Vo Nguyen Giáp.

Su hija recuerda que el proceso creativo de su padre le parecía muy divertido cuando era pequeña: «He seguido muy de cerca su trabajo, él a la hora de trabajar no hacía distinción entre el arte y la vida cotidiana por lo que estaba presente en sus creaciones».

A lo que añade que él no solo hacía las obras basándose en un modelo y diseño previo, sino que muchas veces cuando le llamaban para hacer una exposición creaba la obra directamente allí en la sala. «Trabajaba muy rápido, no le llevaba mucho tiempo seleccionar los materiales y a juntarles, yo a veces le ayudaba», señala con nostalgia Beatrice.

Las luces de neón es un elemento que desempeña un papel clave en las obras de Merz, ya que con su aspecto frío y tecnológico contrasta con la pobreza del resto de los materiales. «El neón es un recurso esencial de la publicidad y del progreso, en contraposición a esos otros elementos de un mundo arcaico y primitivo», apunta el director del Reina Sofía.

El título de la exposición, «El tiempo es mudo», es también una parte de la obra de Merz, en este caso una frase de un poema suyo y que hace referencia a la idea que tenía él sobre el tiempo. «Le horrorizaba la idea de que sus obras se mostraran como una cronología lineal, estaba en contra de las rigideces de una visión historicista de una obra de arte», dice Borja-Villel.

A lo que añade que por eso Merz pensó más de una vez en sacar las fechas de su obras, «no quería que se contextualizaran».

Con motivo de la exposición, que se podrá ver de forma gratuita desde hoy y hasta el próximo 29 de marzo en el Palacio de Velázquez del Retiro, el Museo Reina Sofía publicará un catálogo con imágenes de sus obras, así como una selección de poemas del propio Mario Merz. EFE

RA

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Source: Informe21

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