“No se hicieron todos los test necesarios cuando hubo que hacerlos”

Nos acaban de alargar hasta el 11 de abril el confinamiento, no dejan de advertirnos en tono apocalíptico que «lo peor está por llegar» y, sin embargo, con la perspectiva que nos da una semana completa en estado de alarma, se pueden sacar algunas conclusiones sobre cómo se ha manejado la crisis. Entre otras cosas, según el virólogo Estanislao Nistal Villán (León, 1975), de la Universidad San Pablo CEU, que no se hicieron todas las pruebas necesarias cuando hubo que hacerlas y que ahora estamos pagando las consecuencias.

-Por fin Sanidad va a realizar pruebas masivas. ¿Por qué han tardado tanto?

– El diagnóstico masivo se debió de implementar en el momento de la aparición de los primeros casos importados y en los primeros momentos de la infección comunitaria, cuando el virus se empezó a propagar en España. Eso hubiera minimizado la propagación exponencial del virus. Hoy, después de lo que ha pasado, sabemos la gravedad del virus al que nos enfrentamos. Reuniones masivas de personas, como convenciones o manifestaciones, fueron críticas en la propagación a gran escala, hemos sido inconscientes del peligro que suponían. Evidentemente, no se han hecho todos los test que hubo que hacer en el momento en que hubo que hacerlos.

-¿Cuál sería su estimación actual sobre el comportamiento de la curva?

-La curva de avance de la infección deberá de mostrar al final de esta semana el comienzo de una estabilización. Seguirá habiendo nuevos casos, pero no se duplicarán cada dos o tres días como ahora, ese tiempo se irá espaciando. Esto hay que tomarlo con cautela porque no estamos diagnosticando a todos los infectados. Tardaremos más en ver cómo se estabiliza la curva de crecimiento de muertes, ya que el tiempo desde la incubación hasta el fallecimiento es de dos a tres semanas.

-¿Cómo hay que tratar a toda esa gente que está saliendo de alta? ¿Sabemos si siguen siendo contagiosos?

-Algunos presentaban síntomas leves y se les ha pedido que permanezcan aislados en sus hogares. Las personas que son declaradas curadas son aquellas en las que han desaparecido los síntomas, y a las que se les ha hecho un diagnóstico con resultado negativo dos veces consecutivas. Han desarrollado algún tipo de inmunidad frente al virus y en el caso de que se vuelvan a infectar, la enfermedad no será tan grave como la primera vez. También se acorta su capacidad de infectar a otros.

-¿Cómo se comportará nuestro sistema inmune a la hora de producir memoria?

-Tenemos la experiencia de que algunos virus son buenos en inducir una respuesta inmune que perdura en el tiempo incluso después de muchos años. La vacunación frente a la viruela, las paperas o el sarampión es muy efectiva en la mayoría de las personas y nos protege el resto de nuestra vida. Sin embargo, hay otros virus que pueden infectarnos cada año, como el rinovirus o el de la varicela. En el primer caso, causa catarros comunes que sufrimos año tras año, y en el caso de la varicela, tras una primera infección cuando somos rapaces, permanece acantonado en nuestro cuerpo en unas pocas células nerviosas y puede brotar de nuevo cuando somos adultos, produciéndonos el zóster.

-¿Por qué podemos infectarnos más de una vez?

-Hay que tomarlo con cautela. El diagnóstico que se está realizando se basa en la detección de elementos del genoma del virus. No se detecta el virus como tal y por tanto no podemos decir que se está replicando en el paciente. Podríamos estar secretando restos que nuestro cuerpo está expulsando.

-¿Se puede transformar en un causante de catarro?

-La experiencia que tenemos con otros coronavirus estacionales es que pueden volvernos a infectar, aunque la patología que desarrollemos es muy probable que sea más leve. A medida que se vaya estudiando qué tipo de respuesta inmune desarrollan las personas contagiadas conoceremos mejor el nivel de protección que tenemos. Una posibilidad es que se convierta en el futuro en un causante de catarros similares a los producidos por los otros coronavirus que circulan en la población humana. En los próximos meses lo veremos.

-¿Es posible que nos haga falta una segunda o tercera infección para generar anticuerpos?

-Es posible si no existe una respuesta con memoria inmune que nos proteja a largo plazo o si el virus evoluciona introduciendo mutaciones que le permitan evadir parcialmente las defensas de nuestro cuerpo. En este sentido, segundas o terceras exposiciones al patógeno bien de manera natural o a través de una vacuna van a mejorar la respuesta y prevenir de una manera más eficiente futuras reinfecciones. La batalla frente al virus no va a terminar cuando se levante el estado de alarma, durará meses. Deberemos estar alerta frente a nuevos brotes y esto aplica para el mundo entero.

-China dice que está probando la vacuna en humanos. ¿Qué credibilidad le da a esta información?

-Es creíble, al igual que lo están haciendo en EEUU y se hará próximamente en otros países. El tipo de estrategia vacunal que pueden estar probando en China estaría en la fase de ensayo clínico I. Es similar a la estrategia de los americanos. Aunque han comenzado estas pruebas, el tiempo necesario para que concluyan las 3 fases de ensayos clínicos durarán varios meses más. No va a estar lista para el otoño.

-¿Y qué hacemos mientras tanto?

-Hasta entonces debemos encontrar fármacos antivirales que se usen para otras enfermedades y nos sirvan para contener la enfermedad, especialmente en las personas más afectadas, y tratamientos para mitigar la enfermedad respiratoria aguda en los pacientes muy enfermos. Pero es importante que se pueda coordinar este tipo de tratamientos para aprender unos de otros e ir mejorando en prevenir la muerte de las personas que ahora están críticas con criterios de qué funciona y qué no.

-¿Qué tratamientos están funcionando?

-Se está administrando interferón de tipo I junto con Kaletra, que es una mezcla de antivirales para el tratamiento contra el SIDA. Inhiben la actividad de la proteasa de ese virus, pero pueden también inhibirla en algunos coronavirus. Es igualmente importante señalar que, así como los antivirales son muy importantes antes, o al inicio de la infección, cuando la enfermedad avanza lo importante es tratar de evitar la hiperinflación de nuestros pulmones, que es lo que causa la insuficiencia respiratoria y el fallo multiorgánico. En ese momento es necesario otro tipo de tratamientos paliativos y la administración de antiinflamatorios. Se necesita profundizar en el control de esta fase de la enfermedad para prevenir la muerte de los más graves.

-¿Cómo se explica que haya gente joven sin patologías previas que esté muriendo? ¿Tan impredecible es este virus?

-Desde hace unas semanas, a partir de estudios clínicos en China, sabemos que el grupo de más riesgo es el de las personas mayores. En torno a 1 de cada 6 personas de más de 80 años puede morir por el virus y en el caso de personas entre 30 y 40 años, el riesgo es de 1 de cada 500 infectados. El riesgo es menor, pero no es 0. Este tipo de muertes en personas jóvenes ocurre igualmente con infecciones por gripe todos los años. Puede ocurrir. Es predecible, todo depende del número de personas contagiadas.

-¿Qué le parece que en lugares como Bélgica se permita a la gente salir a hacer deporte?

-Las medidas que se han tomado de aislamiento tienen como fin reducir el número de contactos entre personas. Si todos saliésemos a practicar deporte estaríamos contribuyendo a que esas medidas de distanciamiento, que se están viendo que son efectivas a medio plazo, no valieran para nada. Podrían volver a aparecer brotes infecciosos. Debemos ser conscientes de que lo que está pasando es posible que se originara de un solo caso de trasmisión entre un animal y una persona, y del contacto de esa persona con otras. Un simple caso puede ser origen de otro foco de infección que propague el virus.

-¿Cómo se imagina la vuelta a la calma?

-No habrá calma parcial hasta que las personas en riesgo no teman morirse por este virus y no habrá calma total hasta que todos estemos inmunizados. ¿Hay alguien ahora que no defienda la necesidad de las vacunas? Nuestra memoria vital a veces nos ciega ante la memoria histórica. Ahora en este momento que estamos viviendo podemos imaginarnos lo que pudieron ser las muertes causadas por patógenos como el sarampión, la viruela, la tuberculosis, la fiebre amarilla o el cólera. Hoy muchos de nosotros existimos gracias a vacunas frente a esos y otros patógenos. Ahora somos conscientes de la urgencia de una vacuna frente al SARS-CoV2 y del poder que puede tener una vacuna con todas sus dimensiones.

-¿Cómo nos va a cambiar esta crisis como sociedad?

-Habrá que tomar medidas durante muchos meses más, que afectarán a nuestra forma de vivir. Habrá que tomar medidas sociales a medio y largo plazo para poner en valor la cultura del conocimiento como centro del poder de una sociedad. Malgastamos muchos esfuerzos en batallas espurias, cuando en lo básico todos estamos de acuerdo. Esta crisis nos está sirviendo como cura de humildad.

Source: La Razón

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