Caballeros del Zodiaco: este es el gran secreto de la Armadura de Fénix que seguramente no conocías

La Armadura de Fénix es sin duda la más especial del Universo Saint Seya, de los Caballeros del Zodiaco. Sin ser de oro (es de bronce), cuenta con características que la hacen sumamente poderosa y prácticamente indestructible. El traje sagrado creado por la Diosa Atena no consideró a ninguno de los guerreros dignos para poder portar la armadura. Y tras varias batallas Ikki fue el único que la pudo vestir, sin quedar claro, el porque lo logró.

Las armaduras creadas por Atena eligen a su guerrero basándose en las estrellas que regían cuando estos caballeros nacieron. Pasaron todas las Guerras Santas, hasta que el hermano de Shun, ligado a la Reina de la Muerte y entrenado por el maestro Guilty, sobrevivió al utilizarla.

El portal IGN Latam describe la Armadura de Fénix como única y poderosa. “Su característica principal era ser prácticamente indestructible. Ya que es la única que posee la habilidad de reconstruirse en su totalidad”. Colocaron como ejemplo el momento en el que Mu de Aries, utilizó esta cualidad para reparar las armaduras de Pegaso y Dragón. Algo que Fénix puede realizar de manera independiente.

¿Quién es digno de portar la Armadura de Fénix?

El portal antes citado recuerda que la Armadura no considera digno a nadie de portarla hasta que aparece Ikki. Pero el cosmos del resiliente guerrero no es aclarado para compaginar con el Cloth. Entonces ¿Por qué este Caballero es capaz de portarla?. Muchos aseguran que es el único con el carácter y poder suficiente para lograrlo. Su entrenamiento alejado de los sentimientos y basado en el poder y la violencia, forjaron al actitud actual de Ikki. Es allí entonces en donde la Armadura lo considera digno de usarla, pues su poder yace en el instinto de batalla.

Otra versión ubica a esta entre cuatro de las 88 armaduras, de las cuales se conoce su destino. Aseguran que estas cuatro tienen un poder sin igual y fue camuflada. Esto con la intención de que no cayera en las manos de un enemigo o un caballero sin honor.