Carrera contrarreloj en Madrid para crear 900 camas de UCI de aquí al domingo

La Comunidad de Madrid está emprendiendo una carrera contrarreloj para minimizar en la medida de lo posible la tragedia que está por venir. A día de hoy, 340 de sus 540 camas de las Unidades de Cuidados Intentivos (UCIS) existentes en todos los hospitales, están ocupadas por los enfermos más graves y en un par de días no quedará ya ninguna libre ante la avalancha de infectados que llega a los hospitales. En una lucha titánica para impedir que esto ocurra los expertos sanitarios de la administración se encuentran al habla permanentemente con los principales especialistas médicos y con los centros hospitalarios, en un intento desesperado de crear de la nada medios extra para ofrecer asistencia especializada a los pacientes más críticos.

Según ha podido saber LA RAZÓN, las previsiones más optimistas de estos expertos es que se produzcan al menos otras 9.000 infecciones en Madrid de aquí al próximo domingo. Esto obligaría a habilitar antes de esa fecha 900 camas de UCI adicionales, listas para para poder utilizarse plenamente, pues la estadística recabada hasta ahora indica que alrededor de un 11% de los ingresados por el coronavirus van a necesitar atención en una unidad de críticos ante la gravedad que va a experimentar su enfermedad.

La tarea no es fácil. Más bien titánica. De una complejidad gigantesca, entre otras razones, por las necesidades de material que requieren dichas camas -por ejemplo, respiradores-, la alta cualificación de los profesionales que han de atenderlas, -intensivistas- y la necesidad de asepsia y esterilización que ha de rodear a estos dispositivos. ¿De dónde van a salir estas UCIS nuevas? Fuentes sanitarias han informado a este periódico de que las líneas de acción, que ya se están empezando a poner en marcha en algunos hospitales, son varias.

En primer lugar, los sanitarios van a liberar camas ocupadas hasta ahora por pacientes críticos de otras enfermedades cuya estancia en la UCI se ha cronificado. Dichos enfermos serían trasladados a otros espacios para dejar sitio a los infectados más graves por el coronavirus. Irían a unas UCIS de menor entidad, aunque no por ello peores para mantenerles bajo vigilancia médica. La Comunidad va a echar mano también de los llamados REA, que son servicios de reanimación, generalmente a cargo de los anestesistas. Estas unidades son idóneas para albergar camas de críticos. El problema es que suelen ser unidades abiertas y se contaminan más fácilmente, por lo que hay que extremar todavía más las medidas de asepsia. Otros dispositivos de los que va a echar mano la Comunidad son los quirófanos, aptos en principio para el cuidado de los enfermos más críticos. Esta medida permitiría disparar el número de camas, pero el problema de uso para el combate del coronavirus es que limita el espacio para la atención de enfermos libres del virus que presenten otras patologías graves urgentes.

De acuerdo con las mismas fuentes, la idea en principio es dejar sólo un 10% de espacio en los quirófanos para la atención de este tipo de pacientes -enfermos oncológicos, trasplantados, accidentes de tráfico, enfermos cardiacos- y destinar el 90% restante a los pacientes con coronavirus. Para poderlo hacer, se ha suspendido ya toda la cirugía programada no urgente. Además de esto, los hospitales van a intentar ganar camas ubicando a algunos pacientes en gimnasios y servicios de fisioterapia, y también se plantea la posibilidad de establecer dos camas por habitación.

Source: La Razón

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