Chad Bettis 1, cáncer 0: "Traté de aguantar mis lágrimas"

César Sequera Ramos || @CesarSequera11

La prueba más difícil para Chad Bettis llegó en noviembre de 2016. No tenía nada que ver con el béisbol, porque ya la temporada había terminado y venía de conseguir 14 victorias que le aseguraban un puesto en la rotación de los Rockies de Colorado para el año siguiente.

Todo parecía ser perfecto, hasta que una dolencia lo obligó a pedir una cita médica. Ahí, y tras varios exámenes practicados, le notificaban que tenía cáncer testicular, que más allá de alejarlo del béisbol, era su vida la que estaba en juego.

Decidió no rendirse y pasar por una operación inmediata. Lo resultados fueron satisfactorios e incluso le decía al mundo que estaba “libre de cáncer” para navidad. “Me dieron un regalo adelantado. El doctor me llamó el 22 de diciembre y me dijo que estaba todo bien y que puedo seguir avanzando de ahora en adelante”.

Parecía que el marcador estaba sentenciado y que había ganado la batalla contra el cáncer; sin embargo, y como ha demostrado ser esta terrible enfermedad en otros casos, volvió a aparecer en marzo. Ahora se estaba moviendo a sus ganglios linfáticos, y tras practicarle otra sesión de quimioterapia, la tabla de anotación señalaba que debía medirse nuevamente a su enemigo y no había una victoria garantizada.

Nuevamente el béisbol pasó a un segundo plano. Bajo tratamiento médico y con las recaídas normales que se ven en estos extenuantes procesos, Colorado no contaba con Bettis esta campaña, algo que nunca lo aceptó el serpentinero.

“Ver a alguien pasar por lo que él tuvo que pasar, verlo trabajar y cómo está ahora tras la quimioterapia, es una gran historia para nosotros, su familia y para muchos que luchan contra el cáncer”, aseguró el mánager de Colorado, Bud Black, a MLB. “Estamos contentos por tenerlo aquí”.

Para junio de 2017 conseguía otra victoria, pero con la experiencia del pasado, decidió tener un poco más de cautela. El tratamiento fue exitoso, el cáncer había abandonado su cuerpo en totalidad y ese deseo de regresar al montículo ya no era tan utópico.

 El 13 de julio realizó una apertura en la sucursal Doble-A, que aunque no permitió carreras y ponchó a 3 rivales, la buena noticia es que ya no era un paciente sino un jugador de béisbol. Otras cinco presentaciones en las Ligas Menores ya completaban su proceso de rehabilitación y le mandaba un mensaje con dirección a Colorado: “estoy listo para las Grandes Ligas”.

“Había un ojo crítico sobre él en las últimas aperturas”, aseguró Black. “Nuestros evaluadores sintieron que está listo desde el punto de vista de repertorio y fuerza. Todos los factores determinan que está listo”.

Esas palabras despertaron una emoción especial en Bettis, que además de sentirse como “un niño en navidad”, lo veía como el marcador señalaba que su juego personal estaba terminando y le estaba ganando al cáncer.

“Cuando desperté, solo estaba pensando en todo lo que había sucedido, lo que mi familia y yo habíamos pasado”, aseguró Bettis. “Yo estaba reteniendo las lágrimas hasta el comienzo del encuentro”.

El resto es conocido. Le lanzó 7 entradas en blanco a los Bravos de Atlanta, permitiendo solamente 6 inatrapables y con una felicidad notorias tras conversar con el mánager Bud Black en el séptimo episodio. “Me dijo: ´¿Cómo te sientes?´, sé honesto porque estamos en territorio inexplorado”, dijo Bettis sobre la charla con el dirigente. “Lo miré a los ojos y le comenté, ´me siento genial´”.

Bien lo señalaba las redes sociales de los Rockies antes de comenzar el encuentro, “el único marcador que importa es: Chad Bettis 1, cáncer 0”, pero el lanzador se llevó otra victoria al bolsillo. Una que quizás no sea tan importante como el marcador que indica el título, pero es perfecta para una historia que continuará.

“No sé cómo explicarlo, tratas de tener tu mente tan clara porque sabes del juego y la tarea que tienes en tus manos”, dijo Bettis. “Ser golpeado con esa cantidad de emociones fue increíble”.

Source: Meridiano

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