María de Rusia llama a reconciliación a cien años de la muerte del zar

La Gran Duquesa María Románova, jefa de la Casa Imperial Rusa, llama a la reconciliación entre los rusos y a no buscar culpables en el centenario del asesinato del último zar, Nicolás II, y su familia a manos de los bolcheviques.

María de Rusia llama a reconciliación a cien años de la muerte del zar

«Hay que perdonar. Pero sería incorrecto olvidar lo que ocurrió entonces. Es importante que en nuestra historia nunca se repitan los horrores de la fratricida Guerra Civil», dijo en una entrevista con Efe.

En su opinión, «todos somos culpables de la tragedia vivida por nuestro país en el siglo XX. Por eso no hay que buscar culpables ni hay que echarse la culpa unos a otros, ni aspirar a una revancha roja o blanca».

La descendiente de la dinastía que gobernó este país durante más de tres siglos llegó esta semana a Rusia para participar en los actos conmemorativos del fusilamiento de la familia imperial en la madrugada del 16 al 17 de julio de 1918 en Yekaterumburgo.

La postura oficial de la Casa Imperial es que dicho suceso fue «una ejecución perpetrada por un régimen totalitario por motivos religiosos, sociales y de clase».

Recuerda que el Tribunal Supremo de Rusia ya consideró hace diez años a la familia del último zar víctima de una «represión política» y dictaminó la rehabilitación del monarca, su esposa Alejandra y sus cinco hijos: el heredero de la corona, el zarévich Alexéi, y las princesas Olga, Tatiana, María y Anastasía.

«Estos crímenes del régimen totalitario ya han sido oficialmente condenados. Y con los que cometieron o participaron en esos crímenes hay que compadecerse y rezar por ellos. El sentido de la rehabilitación no es la revancha, sino el restablecimiento de la justicia histórica», indicó.

Nacida en Madrid en 1953, considera que los bolcheviques habían planificado el asesinato «mucho antes del derrocamiento de la monarquía» y recuerda que en el caso de los juicios contra otros aristócratas se les ajustició por el mero hecho de «pertenecer a la familia Románov»

Admite que, aunque existen datos que apuntan a que la decisión del fusilamiento de la familia del último zar la tomaron «los dirigentes del Estado soviético Lenin y Sverdlov», en realidad «nunca se encontraron documentos que lo confirmen».

«Se puede suponer que dicha forma de ejecución fue elegida porque (los bolcheviques) entendían que en un tribunal hubiera sido imposible incriminarles, por lo menos, al heredero y a las princesas. Y había que fusilarlos a todos. Esa era la lógica», apunta.

En cuanto a la posibilidad de que el zar, su esposa y sus descendientes hubieran sido rescatados durante su confinamiento en Siberia, María de Rusia cree que «el martirio de la familia imperial era inevitable».

«Para la historia quedará el noble gesto del rey Alfonso XIII de España, que ofreció refugio a Nicolás II y su familia en un momento en que otras potencias aliadas de Rusia declinaron hacerlo», resaltó.

La descendiente del último zar admite que la Revolución Bolchevique fue un «fenómeno inevitable», pero matizó que también es inevitable su «obsolescencia» y la necesidad de restaurar los valores tradicionales, sin dejar en saco roto los aspectos positivos del experimento comunista.

En cuanto a los restos de los siete fusilados encontrados cerca de Yekaterimburgo (Urales), aseguró que la investigación aún está en marcha y que la familia imperial «no puede engañar a miles de creyentes» y reconocerlos como auténticos si no se han disipado todas las dudas.

«Esperamos la decisión de la Iglesia Ortodoxa Rusa. No hay prisa. Consideramos santos a los miembros de la familia imperial independientemente de que sus restos sean encontrados o no. Esperemos a que la Iglesia de su última palabra», precisó.

Los restos óseos del zar, su esposa y tres de sus hijos fueron hallados en 1979 y enterrados en 1998 en la fortaleza de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo. En agosto de 2007 también se hallaron los restos del Alexéi y la gran princesa María.

La Iglesia sigue sin reconocer la autenticidad de los restos, motivo por el que, a petición de los descendientes, estos fueron exhumados una vez más en 2015 para realizar nuevas pruebas genéticas que arrojen luz para su irrevocable identificación.

En cuanto al futuro de la monarquía en Rusia, María Románova aseguró que «por el momento no se dan las premisas para su restauración», ya que han sido muchos los años de propaganda comunista.

«Creo en el futuro de la monarquía. Al mismo tiempo, ahora somos ciudadanos rusos y reconocemos el sistema político vigente que es aceptado por nuestros compatriotas. Nuestro lema es: ‘Haz lo que debas y que sea lo que tenga que ser'», aseveró.

Nicolás II, su esposa y sus cinco hijos fueron ejecutados en un sótano de la casa Ipátiev de Yekaterimburgo, donde después de la caída de la URSS se erigió una catedral, en el marco de la guerra civil que estalló tras la Revolución de Octubre. EFE

EA

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Source: Informe21

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