Las crisis en las zonas rurales amenazan el progreso en la reducción del hambre y la pobreza
Siempre ha estado la falsa guerra entre lo rural y lo urbano. Y digo falsa porque está claro que la primera no puede luchar contra la segunda ni de lejos. Las áreas rurales continúan a día de hoy, en pleno siglo XXI, en una crisis constantes en muchas partes del mundo siendo una gran amenaza. Este desequilibrio hace que la línea de meta para acabar con la pobreza esté cada vez a más metros; que el hambre en las personas persista y que la salud y el bienestar esté siempre en el punto de mira; que la educación no sea la adecuada y que la igualdad de género no sea afín hasta tal punto de que se siga en la vaga idea de que los hombres tienen que trabajar y que las mujeres deben de seguir haciendo las labores de la casa; que el crecimiento económico no sea el esperado año tras año; que el acceso a la energía no mejore y que por tanto todo gire en torno a un mundo poco sostenible sin invertir en buenos gobiernos.
La mayoría de los pobres del mundo viven en áreas rurales. Representan el 45.3% de la población total del mundo. La tasa global de pobreza en las áreas rurales es actualmente del 17%, siendo mas del doble de la tasa de pobreza urbana del 7%.
En el caso de China luchan cada día por la crisis ambiental. La india vive una grave inestabilidad agraria y en países africanos se destaca por la escasez de puestos de trabajos para las crecientes poblaciones de jóvenes.
Las áreas rurales están desatendidas respecto a las urbanas y es por eso, que el Washington saca un informe sobre la política alimentaria mundial marcado por la profundización del ciclo de hambre y malnutrición con el objetivo de anular o disminuir la pobreza que sigue existiendo, para fomenta las oportunidades económicas que a día de hoy se ven mas que limitadas y para fomentar un medio ambiente que se encuentra destruido.
Según el informe, las políticas que alientan las inversiones en redes de transporte rural, telecomunicaciones y capital humano en los países africanos pueden preparar a la juventud rural para nuevos empleos en áreas rurales y urbanas, y cerrar la brecha rural-urbana. «La rápida urbanización en África está creando nuevas oportunidades para la transformación y revitalización rural, principalmente debido a la creciente demanda de alimentos en las zonas urbanas, y las inversiones en nuevas tecnologías de procesamiento de alimentos básicos como se ve en el caso de Ghana, Mali, Tanzania y Senegal» , dijo Ousmane Badiane, director por África, Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (Ifpri) y coautor del capítulo del informe sobre África.
Por su parte, el coautor del capitulo del informe que repercute a Asia, Pramos Joshi, dijo que en los países asiáticos hay un mayor énfasis en el crecimiento del empleo rural y la productividad agrícola mediante el fortalecimiento de la economía rural no agrícola basada en la agricultura.
«La revitalización de las áreas rurales puede estimular el crecimiento económico y comenzar a abordar las crisis en los países en desarrollo, y también abordar los desafíos que frenan el logro de los ODS y los objetivos climáticos para el 2030», dice Shenggen Fan, director general de Ifpri. Además, refuerza que esa revitalización rural es oportuna, alcanzable y fundamental para acabar con el hambre y la desnutrición en poco mas de diez años.
Así, 2019 puede convertirse, siempre con esfuerzo y trabajo, en un año clave para eliminar el hambre y la malnutrición y poder acabar por forjar un futuro no tan oscuro para las personas pobres de todo el mundo.
Esto requiere un enfoque económico holístico para generar una línea común entre las económicas rurales y urbanas para conseguir estimular el crecimiento y diversificación. Una restauración y mejoras para garantizar servicios e inversiones en un buen Gobierno para tratar de cerrar aunque sea en un mínimo la brecha socioeconómicas y de calidad de vida, mas que abierta entre las zonas rurales y urbanas.
Source: La Razón