¿Por qué los adultos entre 40 y 60 años tienen que vacunarse frente al sarampión?

Ante la epidemia que sufre Europa y la llamada de la atención de OMS por el crecimiento de casos de sarampión en países en los que se consideraba ya libres de la infección, como Reino Unido, Grecia, Albania y República Checa, el Ministerio de Sanidad ha lanzado una campaña de vacunación para los adultos nacidos antes de 1970.

¿Por qué? Quienes tengan entre 40 y 50 años no se han beneficiado del calendario vacunal, tal como hoy lo conocemos, y, aunque muchos la han pasado de forma natural, hay un grupo que no. “Vivimos en un mundo globalizado y hay mucho movimiento de personas de unos países a otros. Esto hace que, aunque España goce de una posición de privilegio frente al resto (en concreto en Europa), existan riesgos de contraer el sarampión”, explica Amos García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV).

Este grupo de adultos jóvenes debe extremar las precauciones y evitar los riesgos, como un déficit de vitamina A en su dieta, y acudir a un centro de salud a inmunizarse. “Cabe destacar que el sistema inmunitario del adulto no tiene la misma capacidad de resistencia que en la infancia, así los síntomas son más agudos que en los niños”, apunta García Rojas.

¿Qué consecuencias tiene?

Infección de los oídos. Una de las complicaciones más frecuentes es la infección bacteriana del oído.

Bronquitis, laringitis o crup. Puede provocar la inflamación del aparato de la voz (laringe) o la inflamación de las paredes internas que alinean las principales vías de paso de aire de los pulmones (tubos bronquiales).

Neumonía. Las personas que tienen el sistema inmunitario comprometido pueden contraer una variedad especialmente peligrosa que, a veces, es mortal.

Encefalitis. Aproximadamente, 1 de cada 1000 personas con sarampión puede contraer una complicación llamada “encefalitis”. Puede manifestarse muy poco después de haber contraído sarampión o después de varios meses.

Problemas en el embarazo. Debes prestarse mucho cuidado de no contagiarse las gestantes porque puede provocar un parto prematuro, bajo peso en el bebé al nacer o mortalidad materna.

Vigilar los factores de riesgo

Consultar el nivel de epidemia de sarampión. Antes de viajar a un país, si no se está vacunado hacerlo, por si su nivel de casos es alto.

Vitamina A. Los carotenoides, como el betacaroteno, son pigmentos presentes en las frutas y en las verduras, que les proporcionan su color amarillo, naranja o rojo. Una vez consumidos, los carotenoides se convierten poco a poco en vitamina A en el organismo. La absorción es mejor si las verduras se han cocinado u homogeneizado y se sirven junto con un poco de grasa o aceite. Algunos de los alimentos que constituyen una buena fuente de carotenoides son las verduras de color verde oscuro y las hortalizas y frutas de color amarillo-naranja.

Source: La Razón

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