Nueva técnica que da más estabilidad a la rodilla tras la rotura del cruzado

Los doctores Iñaki Mediavilla, del Servicio de Cirugía Ortopédica del Hospital Universitario de Basurto, y Mikel Aramberri, de la Federación Española de Rugby, han ideado una innovadora técnica de reconstrucción del ligamento cruzado anterior de la rodilla que aporta más estabilidad a la articulación tras la operación, acelerando el proceso de recuperación y disminuyendo el riesgo de experimentar una nueva rotura. La técnica, que ya se está aplicando con éxito en varios centros como el Hospital Universitario de Basurto, el Hospital Cruz Roja de Bilbao o el Instituto Margalet de Cirugía Artroscópica de Marbella, es fruto de las visitas de estos doctores a otros cirujanos extranjeros referentes en el tratamiento de las roturas del cruzado, como Philippe Colombet, de la Clinique du Sport Bordeaux-Merignac (Francia). En una entrevista con Europa Press, el doctor Mediavilla explica que su técnica resulta particularmente relevante para las personas que tienen más riesgo de romperse el ligamento cruzado anterior: mujeres, de elevada estatura o corpulentos, como jugadores de rugby. “Tradicionalmente, cuando se rompe el cruzado y hay que sustituirlo, se pone dentro de la rodilla un elemento estabilizador, un tirante. Sin embargo, eso puede resultar insuficiente en algunos casos”, detalla. Tal y como señala el experto, las técnicas quirúrgicas del cruzado han evolucionado a lo largo de los años: en un principio, se realizaba un único túnel en la rodilla para instalar un tirante, la conocida como técnica monofascicular; y de ahí se ha evolucionado a una técnica de doble túnel y a la instalación de dos tirantes o lo que en Medicina se conoce como reconstrucción bifascicular.

«Nuestra técnica junta los dos conceptos: es capaz de poner dos tirantes dentro de la rodilla y sumarle el de fuera, un refuerzo adicional con la reconstrucción del ligamento lateral externo. Es un modelo de reconstrucción que tiene más elementos estabilizadores, y funciona de la misma manera que una tienda de campaña con ocho tensores en vez de cuatro: aporta mayor estabilidad a la articulación», ejemplifica Mediavilla. Así, el carácter innovador respecto a otras técnicas actuales de reconstrucción del ligamento cruzado reside en que esta intervención permite dotar a la rodilla de estabilidad y una resistencia funcional superior frente a los fallos que, en ciertos movimientos de la rodilla, se presentan con las técnicas empleadas hasta ahora, sobre todo en los pacientes con mayor riesgo de sufrir este tipo de lesiones.

Source: La Razón

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