Sofia Kenin reina en Australia
Manuel Vargas | @MA_Vargas7
Muy bien dicen algunos que el tenis es un juego mental y el que tenga más fuerza en esa área, en el momento preciso, es el que suele llevarse los partidos, así el rival tenga kilos y kilos de experiencia. Eso fue lo que pasó precisamente en el duelo entre Sofia Kenin y Garbiñe Muguruza, que la joven estadounidense se llevó de forma bien merecida al demostrar su gran fortaleza y, sobre todo, el gran tenis que posee en el momento crucial.
Kenin echó por los suelos el sueño de la española de obtener el tercer el Grand Slam de su carrera al derrotarla en tres sets, con parciales de 4-6, 6-2 y 6-2, para ganar llevarse el Abierto de Australia y colocar sus papeles sobre la mesa del mundo del tenis como posible contendiente a ganar todo los próximos años.
Cuando muchos se preguntaban si este era el resurgir de Muguruza y le contaban un nuevo ‘major’, otros tantos se cuestionaban muy asombrados “¿Sofia quién?”, y esta no dudo en refrendar lo que asomaba desde el año pasado. Con una impresionante defensa y una determinación que rayaba en lo absurdo (luchó todos y cada uno de los puntos) pudo dominar a la caraqueña en los momentos calves; sin embargo, la nueva reina de Australia tuvo que remar a contracorriente desde el inicio.
El plan de Muguruza, de peloteos cortos y acabar el punto con un tiro lejano cuando viera una oportunidad, funcionó en un primer set que se puso de cara muy pronto. La experiencia fue un factor dominante y en el tercer game la española conquistó su primer quiebre; no obstante, a pesar de ese revés, Kenin comenzó a dar brotes de reacción al recuperar el break en el octavo game, pero todo se fue al traste con otro quiebre de Muguruza. Con esa pérdida de servicio de parte de la estadounidense, la nacida de Venezuela confirmó su supremacía y con su saque se llevó el primer set.
A partir del segundo parcial las cosas se voltearon. Muguruza fue condenada por dos elementos esenciales con los que había contado en la primera manga y que la abandonaron en el resto del juego: el saque y los errores no forzados. El segundo set fue un despliegue de buena defensa desde el fondo de la cancha y el contrataque de parte de Kenin, ante una española que colaboró hasta lo indecible con sus doble faltas (nueve en todo el juego) y no entendió que debía cambiar el plan hasta muy tarde. Dos quiebres simples, en sendas oportunidades le bastaron a la norteamericana para adjudicarse el set.
En el último y definitivo parcial fue la mente la que entró en juego y allí Kenin se impuso como si fuera ella la que llevara años en el circuito. La estadounidense entró en “la zona” y se mostró infalible cuando el momento más se lo demandó. Levantó un 15-40 en el sexto juego cuando todo lucia a favor de una Muguza que ya pensaba en su discurso de victoria, pero que perdió su oportunidad de quebrar y además desperdició su servició justo en el siguiente game, nuevamente debido a las doble faltas y los errores no forzados. Con el 4-2 en la pizarra, Kenin mantuvo su saque y al oler más sangre se lanzó con todo por la española, que con su enésima doble falta le dio el set, el partido y el título a la norteamericana.
Un revés mortal, una defensa implacable, una capacidad de lucha increíble y un contrataque letal son las armas con las que se presentó Kenin ante un mundo tenístico que ya no se pregunta “¿Sofia quién?”, si no que ve con admiración a una joven de 21 años que pasó del anonimato a la gloria y se convirtió con total merecimiento en la nueva dueña de Australia.
Source: Meridiano