US Open: sin estrellas norteamericanas

El tenis masculino de los Estados Unidos era respetado y temido. Sus jugadores eran intimidantes con servicios demoledores, voleas rasantes y cubiertos de gloria. Ahora sus talentos alcanzan pocas semifinales y casi ninguna final.

Aquellas memorias de laureles quedan  lejos, exactamente 18 años.   El país norteamericano no ha conseguido registrar un solo campeón masculino en uno de los cuatro Grand Slams, y con escasas noticias de sus jugadores en otros torneos de menor calibre.

En este US Open, que ya está en rondas finales, tampoco se verán ninguna bandera estadounidense en el marcador.  Novak Djokovic  redujo al joven Jenson Brooksby y se confirmó un dato que activa la luz roja en la Federación Estadounidense de Tenis (USTA): por primera vez en la historia, ningún tenista, hombre o mujer, figuran en los cuartos de su torneo.

No se corresponde esta situación con  la ambición desbocada por el éxito de la cultura estadounidense. La afición se halla ahora solo arropada por la nostálgia porque un año tras otro confían en un nuevo talento y este no llega.

El último  recuerdo de la era dorada fue en 2003, cuando Andre Agassi (Open de Australia, con 33 años) y Andy Roddick (US Open, con 21) levantaron los dos últimos grandes trofeos. Desde entonces las raquetas se han quedado sin encordarse para levantar un Grand Slam.

Agassi se apuntó a  la final de 2005 en Flushing Meadows y Roddick accedió tres veces a la de Wimbledon (2004, 2005 y 2009), pero desde que se retirase este último el país vive en un constante quiero y no puedo, en términos masculinos.

En este US Open la crisis se agrava las derrotas de Brooksby, el gigantón Opelka y Shelby Rogers, apeada por la prometedora Emma Raducanu (18). Antes de que estas se produjeran, a lo largo del torneo los medios locales habían ido haciendo hincapié en la buena progresión de sus jugadores. La materia prima es buena, pero no se divisa a ningún representante que esté a la altura de los campeones de antaño.

Es decir, la maquinaria funciona a pleno rendimiento. De hecho, si vemos la guía de medios de la ATP Estados Unidos es el país que más jugadores acumula, 14,  entre los 100 mejores del listado de la ATP, por delante de España (10), Francia (10), Italia (9) o Australia (6).

Además,  siete de ellos tienen, además, menos de 24 años, pero el mejor posicionado es el veterano John Isner, de 36 y localizado en el puesto 22.

 “¿No te has planteado entrenar? Ahora tenemos buenos jugadores y les podrías ayudar”, fue un tweet que se le planteó a Andy Roddick, la última raqueta campeona masculina. El de Nebraska es uno de los seis números uno que ha tenido el país –de nuevo al frente, por encima de España, Suecia y Alemania (3)–, aunque su trascendencia de la de colosos como Jimmy Connors, John McEnroe, Agassi o Pete Sampras.

Las estrellas del tenis ya no  brillan en la bandera estadounidense.

Source: Meridiano

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