Un hongo muestra el mismo efecto que los opioides con menos secuelas

La búsqueda mundial de una ha dado un salto adelante con un descubrimiento científico en un hongo australiano que indica un alivio efectivo del dolor y el potencial de un fármaco menos adictiva y más seguro que ayude a abordar la epidemia de muertes por sobredosis por el consumo de opioides, según publica la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)’. El hongo, un ‘Penicillium sp’ hasta ahora desconocido, fue descubierto de un estuario en el Valle Huon de Tasmania. El análisis reveló un conjunto de tetrapéptidos de forma única que imitan las endomofinas; las compañías farmacéuticas han invertido varios cientos de millones de dólares con la esperanza de tal hallazgo.

Un equipo internacional, dirigido por la Universidad de Sydney y Queensland, desarrolló un nuevo tipo de opioide considerado un estándar de oro pero con menos efectos secundarios y creó un analgésico eficaz para el alivio del dolor en el laboratorio. Se ha presentado una solicitud de patente en Australia y se espera que la investigación adicional, para confirmar si se dará lugar a un nuevo medicamento, se complete en un par de meses. El autor principal, de la Facultad de Medicina y Salud de la Universidad de Sydney, el profesor Macdonald Christie, señala que sus hallazgos estaban respaldados por una búsqueda de décadas de un santo grial de alivio potencial del dolor. «La estructura que encontramos nunca antes se había visto«, asegura el profesor Christie, farmacólogo de la Facultad de Ciencias Médicas y Asociado Dean Research.

A partir del hongo, los investigadores descubrieron tres versiones de tetrapéptidos, una cadena de cuatro aminoácidos (los ‘bloques de construcción’ moleculares de la vida) unidos por enlaces peptídicos. Pero fue su curiosa estructura molecular lo que llamó la atención de los investigadores. En algunas moléculas, la orientación geométrica se conoce como quiralidad o ‘mano’. Así, las moléculas pueden ser ‘zurdas’ o ‘diestras’, imágenes especulares entre sí, pero la forma en que están orientadas hace una gran diferencia. En la naturaleza, casi todos los aminoácidos tienen forma ‘zurda’. Hay excepciones en la naturaleza, con moléculas torcidas en la orientación de la ‘mano derecha’. Los que se encontraron en el hongo se retorcieron de esta manera inusual.

El profesor Christie explica: «Nadie había sacado nada de la naturaleza, algo más antiguo que un vertebrado que parecía actuar sobre los receptores de opiáceos, y lo encontramos».

La muestra que impulsó la investigación se tomó del estuario de Tasmania como parte de un programa en el que participa el profesor Rob Capon, químico de productos naturales del Instituto de Biociencia Molecular de la UQ.

Christie dijo que si sus pruebas de seguimiento son exitosas, como con cualquier descubrimiento de fármacos, podría pasar una década antes de que esto resulte en un nuevo medicamento disponible para que pueda ser adquirido en una farmacia. Tal desarrollo, sin embargo, podría tener un gran impacto a nivel mundial. «Si esto tiene éxito y conduce a un nuevo medicamento, reducirá significativamente el riesgo de muerte por sobredosis de medicamentos opioides como la codeína», concluye el profesor Christie.

Source: La Razón

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